Debemos de iniciar con la premisa que, para que exista desarrollo debe existir inversión, pero sobre reglas claras del juego, lo que se traduce en un respeto al estado de derecho, que es lo que caracteriza la Certidumbre Jurídica de un país, porque toda inversión pequeña, mediana o sustancial busca garantizar su retorno, más  aún cuando es extranjera, precisamente para evitar los vaivenes políticos que menoscaban sus intereses y las razones fundamentales son: primeramente, tienen que saber competir en el mercado interno para garantía de resultados y la segunda, que su inversión no vaya en detrimento de normas y reglas que no estaban previstas al momento de la toma de decisión de ocurrir su desembolso.

Con estas reglas básicas, debemos pretender que nuestros países podrán desarrollarse y generar mayor distribución de la riqueza que es lo que se busca un sistema de libre mercado y un régimen democrático.

Por otra parte, todo desarrollo genera las oportunidades para la colectividad civil de nuestros países, independiente de su condición social o económica, ya que dependerá de la capacidad, grado académico, iniciativa, intelecto, visión y demás atributos para ostentar el cargo al que pueda acceder, precisamente porque el mercado laboral estará diversificado para hacer tal selección, pero sobre la base que exista certidumbre jurídica para que las inversiones puedan concretarse.