El pasado 8 de julio la Asamblea Legislativa aprobó la Ley de Creación del Organismo para la Implementación del Programa de Energía Nuclear en El Salvador, la cual deroga la antigua Ley Orgánica de la Comisión Salvadoreña de Energía Nuclear que data de enero de 1961.

Los combustibles fósiles, hasta hace muy poco, fueron los encargados de cubrir casi toda la demanda de energía que se generaba para todos aquellos actores de producción de la sociedad, como la industria, el transporte y hasta los hogares. Pero ante las diferentes crisis energéticas, especialmente por las alzas en los precios del petróleo, ha surgido el uso de múltiples energías renovables, como la energía eólica, la geotérmica y la solar, entre otras.

Debido a la búsqueda de fuentes alternas para satisfacer o aliviar la crisis energética de los últimos años, surge un renacer por la energía nuclear en el mundo; esto por sus ventajas en la producción como la capacidad de abastecimiento, la no liberación de gases tóxicos y que se produce de forma constante, totalmente ajena a las condiciones meteorológicas, de las cuales las energías renovables son muy dependientes. Todo esto incide directamente en el precio de la energía nuclear porque se vuelve estable y predecible. Respecto a la energía nuclear en Latinoamérica hay varios países que están interesados en desarrollar esta tecnología, y hasta 9 países forman parte de la Red Regional de Reactores de Investigación e Instituciones relacionadas en América Latina y el Caribe: México, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, Jamaica, Bolivia y Perú. 

La Ley de Creación del Organismo para la Implementación del Programa de Energía Nuclear en El Salvador (OIPEN), surge con la finalidad de formular, dirigir y ejecutar los planes y políticas nacionales, para la introducción de la energía nuclear como una fuente  de generación de energía eléctrica y de calor, así como para la optimización de procesos industriales, y el uso de sus subproductos para fines médicos o agrícolas, entre otros. Este organismo debe de buscar que El Salvador tenga soberanía energética, que es la ventaja principal que requieren aquellos países como el nuestro que no son productores de petróleo. Solo queda esperar si nuestro país puede ser el primero en tener una planta nuclear en la región, ya que esto puede beneficiar directamente al sector productivo de nuestro país.

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