Actualmente, es de conocimiento de todos, que los procesos judiciales suelen ser lentos y tediosos, lo cual causa descontento para quien busca obtener una solución pronta y eficaz a sus problemas. Sin embargo, existen otras formas para solventarlos, como la mediación.

La mediación es uno de los Mecanismos Alternativos de Solución de Conflictos, en el que las dos partes enfrentadas recurren voluntariamente a una tercera persona imparcial, el mediador, para llegar a un acuerdo satisfactorio. Es un proceso extrajudicial, es decir, diferente a los canales legales o convencionales de resolución de disputas; es creativo, porque mueve a la búsqueda de soluciones que satisfagan las necesidades de las partes e implica no restringirse a lo que dice la ley. En otras palabras, en una mediación la solución no es impuesta por el tercero o por una de las partes, sino que es creada por ambas partes.

La mediación es un intento de trabajar con el otro y no contra el otro, en busca de una vía pacífica y equitativa para afrontar los conflictos, en un entorno de crecimiento, de aceptación, de aprendizaje y de respeto mutuo. 

Consiste en un proceso voluntario, flexible y participativo de resolución pacífica de conflictos, en el que dos partes enfrentadas recurren voluntariamente a una tercera persona imparcial, el mediador, para llegar a un acuerdo satisfactorio. 

Su labor consiste en emplear sus habilidades comunicativas para conducir la sesión, explicando las posiciones de ambas partes, traduciendo estados de ánimo y tratando de evitar el conflicto. En la mediación, las partes serán las encargadas de ofrecer soluciones que puedan ser válidas para sí mismas y para el otro, avanzando hacia una solución consensuada.

Una característica de la mediación es que es una negociación cooperativa, en la medida que promueve una solución en la que las partes implicadas ganan u obtienen un beneficio, y no sólo una de ellas. Por eso se la considera una vía no adversarial, porque evita la postura antagónica de ganador-perdedor.

La mediación como estrategia de resolución de conflictos la podemos situar entre el compromiso y la colaboración. La finalidad consiste en pasar de estilos más individualistas a modos más evolucionados de resolución de conflictos, como son los de colaboración y compromiso. En los conflictos cotidianos nos situamos ante diversos estilos de enfrentamiento: evitamos, nos acomodamos, competimos, etc. No parece razonable el que nos culpabilicemos por ello, ya que manejarse dentro de un estilo de colaboración exige unas condiciones de tiempo y de contexto que no siempre se producen.

El gran aporte de la mediación al conflicto es la sustitución de la concepción tradicional de ganar-perder en las disputas, por ganar-ganar, pues este cambio de concepción no sólo afecta a los resultados, sino también al proceso mismo, ya que modifica la actitud de las partes.

De acuerdo a corrientes de pensamiento, la mediación puede dividir modalidades, dependiente del tipo de conflictos al cual sea aplicable, como lo son: educativa, racional, terapéutica, y normativa; lo cual demuestra que esta forma de solución de conflictos puede ser aplicable a todos los ámbitos de la vida cotidiana, evitando consigo procesos largos y tediosos.

Ahora bien, es inevitable que al hablar de mediación se toque el tema la conciliación, la cual es otra forma de resolver conflictos. La principal diferencia entre mediación y conciliación radica en la propia figura del tercero interviniente, ya que mientras que el mediador no opina y aporta soluciones concretas a las partes, el conciliador escucha los testimonios y propone soluciones que puedan ser justas para ambos intervinientes, quienes pueden aceptarlas o no hacerlo.

Entre los profesionales que se dedican a este tipo de procesos, existe la creencia de que la mediación tiene una mayor probabilidad de éxito tras completar el proceso, ya que son las propias partes las que han ofrecido las soluciones, estando de acuerdo y conociendo en profundidad las razones y contexto del conflicto. Sin embargo, la conciliación es una vía muy recomendable para aquellas personas que no son capaces de mantener una relación formal.

En El Salvador actualmente existe legislación sobre la mediación, siendo esta la Ley de Mediación, Conciliación y Arbitraje. Este instrumento se encuentra en proceso de reforma, pues materialmente no aporta el desarrollo jurídico necesario para solventar conflictos. En consecuencia, es una forma de resolver conflictos muy poco utilizada, a pesar de ser una herramienta bastante útil y eficaz.

Cabe aclarar que no existe un medio de solución perfecto para poner fin a cualquiera de los conflictos que puedan surgir, por ello, cualquier medio de solución de conflictos, ya sea judicial o extrajudicial, entraña ventajas e inconvenientes.