¡Verde! El color relacionado a la prosperidad y abundancia económica, a su vez totalmente dominante dentro del medio ambiente, representando todo tipo de espacios forestales y amabilidad con la naturaleza; pero ¿existe algo además que esta coincidencia?

En los últimos años, el cambio climático y las acciones en materia de bienestar ambiental global han sido los vectores principales para que gobiernos, inversores y empresas en general, redefinan sus políticas económicas para un desarrollo sostenible. Pero ¿Qué es sostenibilidad? La definición de la Unión Europea lo establece como “La mejora continua de la calidad de vida y bienestar de las generaciones presentes y futuras, vinculo del desarrollo económico, la protección del medio ambiente y la justicia social”.  Las empresas con operaciones sostenibles tienen impactos positivos en el medio ambiente, en la sociedad y en el planeta, al incluir aspectos ASG (ambientales, sociales y de gobernanza).

¿Por qué una empresa debe de ser sostenible? Sencillo, las empresas que no posean estas prácticas no podrán sobrevivir. 

Las empresas sostenibles, en su producción ambiental, gestionarán la existencia de recursos y materias primas para producir; en materia social, los miembros de las empresas estarán motivados en pertenecer a una organización que no solo busca el beneficio propio. Por ello, las empresas modernas están adoptando un modelo de “Green Financing” o financiamiento verde, que promueve actividades ambientalmente positivas, como la compra de bienes y servicios ecológicos o la construcción de infraestructura verde. 

El financiamiento verde está surgiendo como un fenómeno generalizado por el aumento de los peligros relacionados con los productos y servicios ecológicamente destructivos. Los beneficios de la sostenibilidad empresarial son: acceder a nuevos nichos de mercados, energías renovables, movilidad sostenible, tecnologías de teletrabajo, entre otros. La idea no es necesariamente cambiar el modelo de negocio, sino más bien, la idea es integrar estos puntos al día a día de la empresa; dejando claro que la sostenibilidad empresarial no debe limitarse al marketing o mejoramiento de la imagen, ni mucho menos una moda empresarial pasajera.

La naturaleza y el dinero comparten la responsabilidad depositada en las empresas para hacer el mejor manejo de estos, para que en armonía se pueda realizar una producción amigable para la preservación del medio ambiente y la economía, ¡para siempre!

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