La Empresa Individual de Responsabilidad Limitada es una forma de organizar una empresa mercantil, por medio de la cual la legislación salvadoreña concede a las personas naturales una forma de limitar su responsabilidad patrimonial frente a terceros. Esta modalidad permite a los empresarios iniciar sus operaciones por medio de un acto jurídico unilateral, tomando en el futuro las decisiones individualmente. El patrimonio de esta empresa es distinto al del titular y se conforma libremente con los bienes que el titular designe y afecte a favor de la empresa, por medio de un inventario debidamente certificado por un auditor externo. 

La principal característica de esta ficción legal consiste en la forma de cubrir las obligaciones contraídas en el giro de la empresa, las cuales se cubrirán con el patrimonio de esta, incluyendo capital, reservas y las utilidades no retiradas por el titular. En consecuencia de ello, los acreedores personales del titular de la empresa no pueden embargar los bienes que pertenecen a la misma, a menos que el titular caiga en quiebra. 

En este sentido, la empresa individual de responsabilidad limitada se presenta como una alternativa para el desarrollo de la micro y pequeña empresa, ya que le permite a los titulares de estas separar su patrimonio personal del patrimonio destinado al desarrollo de la actividad económica de su negocio, sin la necesidad de asociarse y constituir una persona jurídica, operando en este sentido con la personalidad de su titular. Además, presenta facilidades en su formalización, ya que se constituye mediante un formulario proporcionado en las instalaciones del Registro de Comercio que cumple con una serie de requisitos mínimos exigidos en el Código de Comercio; y, de transferencia, ya que cuenta con el incentivo de que la misma puede ser traspasada por acto entre vivos o por causa de muerte, es decir que puede venderse o heredarse, entre otros.